Un título algo largo, cierto, pero que refleja la conclusión a la que uno llega después de ver cómo gente, gente que posiblemente no ha tocado jamás un instrumento de viento madera, imita el gesto de tocar: la mano derecha arriba, la mano izquierda abajo.
Dale una flauta de pico a cualquiera, niño o adulto, y verás como casi siempre (excepciones las hay, por supuesto) sujetarán el instrumento con la mano derecha arriba y la izquierda abajo.
Hoy en día con los instrumentos de viento madera, incluyendo las flautas traveseras y los saxofones, repletos de llaves y mecanismos de anillos o platos, por su disposicíón queda claro que la mano izquierda se ocupa de la parte
superior del instrumento, mejor dicho, de la parte más cercana a la boquilla, caña o embocadura, y la derecha de la parte más alejada. Y, en el caso de las flautas traveseras, además, la disposición de su mecanismo obliga al instrumentista a colocar el instrumento hacia la derecha para poder tocarlo.
Esta convención se aplica también a los demás instrumentos de viento madera que no tienen o tienen menos llaves, incluso los empleados en la música tradicional. Fijaos si no en el puntero de la gaita que tiene, al igual que las flautas de pico, de los orificios a tapar con los dedos, el que se encuentra más alejado de la palleta, ligeramente desplazado a la derecha en relación al resto para poder taparlo con el meñique de la mano derecha. O las ocarinas, esos aerófonos hechos en barro cocido, en los que tanto la colocación del instrumento como la de las manos en él, se asemeja al gesto de tocar una flauta travesera. (¿Se puede considerar la ocarina como instrumento de viento madera, siendo de barro?)
Sin embargo, la posición de las manos en el instrumento de viento madera no ha sido durante su historia tan clara y absoluta como lo es hoy en día.
Como bien dice
Philippe Bolton, fabricante francés de flautas de pico:
"Hoy en día la flauta de pico se toca normalmente con la mano izquierda arriba y la derecha abajo [...]
No obstante, no existe una razón lógica para tocar con la mano izquierda arriba como se hace ahora. Durante la Edad Media y el Renacimiento, los instrumentos se construían de tal manera que las manos podían colocarse de la forma que resultara más conveniente a cada instrumentista."
La "manera de construirlos" a la que se refiere Philippe Bolton es, como casi siempre, la más elemental imaginable, practicar dos orificios para el meñique, uno desplazado para ser tapado por el de la mano derecha y otro para ser tapado con el de la mano izquierda. El músico luego cegaba con cera el que no usaría. De este modo el constructor podía construir instrumentos que valieran tanto para unos como para otros según sus costumbres de tocar, sin tenerse que preocupar de antemano quién iba a ser el destinatario del instrumento.
Ahora bien, y volviendo sobre el título del artículo, si la tendencia natural que me ha parecido observar en las personas que nunca tuvieron un instrumento de viento madera en su mano es la de, incluso independientemente de que sean zurdos o diestros, sujetarlo con la mano derecha más cerca de la embocadura, ¿por qué la convención que triunfó fue la que tenemos hoy en día?